Se rehusaba a hacer todo; quería que los demás hicieran sus cosas. Él sólo ordenaba.
No sabía que las personas tienen sentimientos y mucho menos que tienen un límite. Cuando su mundo (el cual había sido hecho por los demás) se derrumbó, obviamente, recurrió a la ayuda de los demás. Para su gran sorpresa nadie quiso aparecer... nadie. Abrumado, asustado, aturdido, confundido corrió por el jardín de amapolas del patio trasero hasta el granero. Allí tomó una caja, más bien un baúl que contenía fotos viejas y cartas. Buscaba atontadamente una carta que su padre había hecho a su madre antes de fallecer. La encuentra y sale en busca de su triciclo para ir al mar. Luego allí abre la carta y la releé una y otra vez.
Pensó muchas veces en la siguiente frase:
Recuerda que para ver el arcoiris has de soportar la lluvia.
Siguiendo con esta:
Si puedes enséñale a Ramiro a subir hasta el faro, le agradará mucho.
Lo pensó dudosamente, al fin y al cabo se dijo a él mismo que era tiempo de empezar desde cero y que la mejor idea de hacerlo era subiendo el faro por su cuenta.
Luego de intentar subir varias veces y que quedar agotado sentado en los escalones llogró llegar a la sima más alta.
No, no se quejó por su aspecto (lo cual fue raro hasta para él mismo) sólo lloraba de alegría cuando notó que había terminado el largo camino.
Finalmente razonó. Dedujo:
"Todo lleva su tiempo y su esfuerzo pero siempre vale la pena. Nada en la vida es regalado, nada es gratis, uno debe saber salir adelante sin la ayuda de los demás. Aún cuando tu mundo se encuentre bajo escombros podrás levantarte y seguir."
- End. (?)
Frase que vivo diciendo:
"SI LA VIDA NO TE SONRIE, SONREILE VOS A LA VIDA."
No esperes que las cosas se hagan por si solas,
eso pasa sólo en las películas, amigo.
