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- No es que sea mal humorada pero el calor me transforma.
Detesto el calor, el verano, la piel toda pegajosa, el pelo en la cara, la sensación de transpirar más y más, que me obliguen a salir de la ducha -si fuera por mi saldría jamás y pondría una pileta en mi pieza-, sentir la ropa pegada al cuerpo, tener que caminar o correr bajo pleno rayo de sol, que me piquen las piernas -cuando hace calor mi piernas terminan ROJAS de tanto rascarme, ¿qué onda?-, despertarme y sentirme mojada, que me quede mal los shorts y/o remeras, y paro acá o sino pensarán que soy una amargada. En todo caso, una amargada con razón.
